Anoche tuve un sueño muy raro. Soñé con un país imaginario. No era ninguno que ya hubiera leído. No se parecía ni a Macondo ni al País de las Maravillas ni a Yoknapatawpha. Era un país hecho de bicicletas fluorescentes. La gente dormía con el casco verde chillón puesto y solo se bajaban de lasSigue leyendo «El extraño sueño de Liberland»