Más de 130 años de seriedad terminaron en tres tímidos segundos Cuando entré al metro de Chicago me enteré de una verdad incalculable: me dieron unas ganas de reírme que no contuve, y al instante sentí que había sido la primera persona en haberse carcajeado desde que ese metro se construyó. Mi hermana me dijoSigue leyendo «Las luces detrás de los rascacielos de Chicago»